Muchas conversaciones importantes se realizan en privado. Cuando se trata de asuntos de interés general, estas conversaciones adquieren valor si se exponen en público, generando verdadero debate y enriquecimiento colectivo.
Cuando se quieren mantener en privado suele ser para lograr “gestionar” voluntades más que para buscar maximizar el bien común.
⚠ Este es uno de los riesgos a los que se ve abocada toda organización. La generación de conversaciones privadas y su impacto en el ecosistema, generando polarización invisible que acaba volviéndose contra la propia organización. El caso de las redes sociales es el mayor ejemplo de ello. En realidad, estas redes promocionan conversaciones privadas (en pequeños grupos, creados expresamente o diseñados por el algoritmo) y aíslan o enfrentan a unos grupos con otros.
🔵 Para evitar rupturas es indispensable que los debates salgan a la luz y se expongan en su causa raíz. Promover el concepto de deliberación como punto de reflexión y búsqueda de factor común.
Realizar este proceso adecuadamente tiene algunas premisas que normalmente se pasan por alto o se les quita importancia. Como en tantas otras cuestiones, los formalismos tienen una función que muchas veces se desconoce o se minimiza.
🔵 Uno de estos formalismos es la información previa. Es difícil poder tener una opinión bien formada si los debates parten de una situación asimétrica, donde la información llega en el mismo momento en que se ha de producir el debate. Es evidente que los que no han sido informados previamente no han tenido la ocasión de recopilar datos, otras opiniones o incluso reflexionar internamente su propia posición inicial. Por ello es indispensable y es una práctica ineludible que la información se distribuya con carácter previo a las reuniones.
🔵 El segundo formalismo se refiere al proceso de conversaciones informales que suele producirse con anterioridad. Es una magnífica iniciativa, que aporta una enorme eficiencia, siempre que se haga cumpliendo ciertas reglas básicas: no es el momento de transaccionar, sino de identificar mejoras. Cuando se generan compromisos en estas sesiones previas, se está reduciendo la posibilidad de recoger la riqueza del debate y tomar decisiones en base a ello. Si se busca condicionar o asegurar una opinión, es posible que acabe siendo una decisión forzada, que genere deudas y desconfianza que agrietan la relación.
🔴 Ser consejero independiente no es fácil. No va de alianzas, va de buscar optimizar el equilibrio entre rentabilidad interna y externalidades, con visión de largo plazo. Es convencimiento que nace del aprendizaje y el diálogo continuo. No es un duelo con las espadas en alto, es un ejercicio de sincronización.